¿Qué es la adicción?

Dependiendo a quién le preguntes, la adicción a menudo se ve como una enfermedad de la cual uno nunca puede recuperarse. Desafortunadamente, esta visión bastante pesimista se ha convertido en la explicación dominante para la amplia gama de comportamientos negativos y problemas de salud que resultan del uso de drogas y alcohol. Sin embargo, no todos están de acuerdo, y las tasas de adicción solo han continuado aumentando, proporcionando una indicación, como mínimo, de que la solución a la adicción se encuentra fuera del modelo de enfermedad.¹

Si la adicción no es una enfermedad, ¿qué es entonces? Aunque existen muchas opiniones, la mayoría de los expertos coinciden en que la adicción está compuesta de al menos tres componentes comunes:

• La adicción es un comportamiento negativo complejo y aprendido. El uso continuo incrementa las consecuencias tanto para el usuario como para los que lo rodean. Aunque el uso de drogas pudo haber parecido resolver el dolor emocional, el efecto es efímero, y las consecuencias del consumo comienzan rápidamente a superar cualquier beneficio percibido.

• La adicción persiste a pesar de intentos a detenerla. A medida que se continúa el uso de la sustancia, el individuo es incapaz de autorregularse. Esta incapacidad para detenerse a pesar de las consecuencias incrementadas crea un patrón crónico de recaída, que si no se maneja, a menudo resulta en el encarcelamiento o la muerte.

• La dependencia física y los antojos refuerzan el comportamiento negativo. Con el uso continuado, las drogas y el alcohol hacen que el cuerpo se vuelva físicamente dependiente de ellos. Esto resulta en la necesidad de aumentar la cantidad de la sustancia que se consume con el tiempo y causa antojos vehementes cuando se deja el uso de la sustancia.

Aunque no todos están de acuerdo con la definición exacta de adicción, la mayoría coincidiría en que, como resultado de la dependencia física y los comportamientos negativos reforzados, la mayoría de los adictos no pueden dejar de usar sin ayuda externa. Desafortunadamente, el estigma asociado con la adicción impide que muchos reciban ayuda. Abordar los comportamientos negativos asociados con la adicción se hace mucho más difícil cuando estos se ven como un fracaso moral o cuando aquellos que buscan ayuda son desmoralizados y relegados al sistema de justicia penal sin acceso a programas de tratamiento eficaces.

Problemas con el Modelo de Enfermedad

Por una variedad de razones políticas, religiosas y sociales, la adicción ha sido históricamente percibida por muchos como un reflejo de debilidad moral o de comportamiento criminal. En gran medida, el modelo de enfermedad de la adicción se introdujo para proporcionar una explicación alternativa para los comportamientos adictivos. Si la adicción fuese considerada como una enfermedad, se pensó, la sociedad estaría más dispuesta a proporcionar tratamiento y aliento para aquellos que sufren el problema. Aunque el modelo de enfermedad ciertamente tiene algunas ventajas en este sentido, todavía crea más problemas de los que resuelve.

Las críticas al modelo de enfermedad incluyen:

• La adicción incluye un amplio espectro de comportamientos y circunstancias, haciendo imposible un diagnóstico consistente.

• No todos los que comienzan a usar sustancias progresan a la adicción.

• Etiquetar a alguien como alcohólico crónico o adicto puede disminuir la confianza en su propia capacidad para cambiar.

• Puede disminuir la responsabilidad personal de un individuo por sus acciones, con el adicto culpando a los demás en su lugar.

• Los críticos argumentan que la medicalización de la adicción es solo otra forma de construcción social, creando una nueva clase de individuos que son etiquetados con una enfermedad crónica y luego tratados con medicamentos.

A pesar de las críticas lanzadas contra el modelo de enfermedad, la adicción es quizás la crisis de salud prevenible más descuidada de la nación. Es fácil entender por qué alguien pueda creer que más medicina es la respuesta a una crisis de salud. Sin embargo, la última década ha demostrado que el medicar de la industria del tratamiento nos ha llevado a un pantano de políticas de asistencia médica y a la creación de modelos de negocio centrados únicamente en proporcionar el nivel más bajo de asistencia posible.

Fuente: